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Tipos de discriminación

La discriminación es un comportamiento negativo del ser humano desde el momento que implica tratar al ser discriminado como inferior, minusvalorarlo y despreciarlo, haciéndolo a un lado. Existen una multitud de tipos de discriminación. A continuación contamos cada una de ellas.

Discriminación
Definición La discriminación es un comportamiento social basado en el trago desigual y peyorativo a una persona o colectividad por motivos religiosos, étnicos, sexuales, política, condición física o psíquica, entre otros.
Tipos de discriminación Discriminación por edad, género, contra la mujer, contra el varón, laboral, orientación sexual, género, discapacidad, lateralidad, entre otras.

 

Discriminación por edad

La discriminación por edad es aquella que diferencia y estereotipa teniendo como criterio la edad. Son una serie de creencias, valores e ideas que fundamentan la discriminación y subordinación hacia ciertas clases etarias. Aquí mayormente hablamos de niños, adolescentes y ancianos, porque el adulto de algún modo, desde esta perspectiva, sería un ser completo.

Por lo tanto, el niño es discriminado porque aún no es y el adulto porque ya fue. Un tipo de discriminación por edad frecuente es asociar que una persona mayor no tiene relaciones sexuales, no se entretiene y posiblemente no busca empleo (lo cual es dificultado por las mismas empresas).

Naturalmente, deben existir medios para combatirla. Distintos mecanismos de incorporación de los adultos mayores a la sociedad (por más que haya retiros voluntarios) y en el caso de los pequeños y adolescentes entenderlos como seres racionales y no como individuos en proceso.

Discriminación por género

La discriminación por género se puede definición como una segregación peyorativa hacia aquellos seres que usualmente rompen el par binario masculino y femenino. Y tiene consecuencias enormes desde el aspecto psíquico, con implicancias en lo laboral, las amistades, el amor y muchos más ámbitos. Un buen ejemplo es cuando una persona transexual no accede a ciertos empleos no por sus conocimientos, sino por su género.

Aquí hablamos de un conjunto de valores, creencias, ideas y acciones que refuerzan en múltiples lugares este binarismo deseado y excluyen todo lo que lo rompa: pensemos que en la actualidad el colectivo LGBT ha incorporado una multitud de minorías que van desde la intersexualidad hasta la asexualidad (y se pueden hallar subclases también).

Una forma de combatir este tipo de discriminación es simplemente hacer a un lado el género de la persona, encontrándolo como una decisión personal a respetar. Y que este mismo no implique desmejoras en todas las facetas de la vida que posee un ser humano.

Discriminación contra la mujer en el ámbito laboral

Este tipo de discriminación es histórica, desde el momento que, por lo menos en Occidente, se ha pensado a la mujer como la dueña del hogar y al hombre como el trabajador proveedor. Es un hecho comprobado en múltiples trabajos que una mujer, en el mismo escalafón que un hombre, puede recibir menores retribuciones económicas.

En la actualidad, donde es un hecho que la mujer no solo trabaja a la par que el hombre, sino que a veces gana más, se hace más que perentorio luchar contra este tipo de discriminación. La obtención de un empleo debe estar ligado con capacidades y aptitudes, no teniendo nada que ver el sexo.

Discriminación contra el hombre

A muchos les parecerá chocante e irreal, pero en ocasiones la discriminación contra la mujer puede vedar una discriminación contra el hombre. En ese sentido, si observamos el reverso de la cuestión, en muchos países y civilizaciones la masculinidad debe tener necesariamente ciertos rasgos y existen formaciones, trabajos, de las cuales el hombre no se puede ladear.

Un buen ejemplo es que en muchos países el servicio militar es una obligación para los hombres, asociando las prácticas marciales a la masculinidad.

Discriminación étnica

El concepto de raza ha perdido fuerza con el paso del tiempo y los descubrimientos del ser humano (no tiene un fundamento biológico). Sin embargo, sigue existiendo una discriminación étnica, desde el momento que se entiende que una es superior a las otras en tanto conjunto de valores, creencias, religiones, cultura, estilo de vida y a veces también añadiendo un aspecto biológico pseudo científico (se hablaría de genes).

Un hombre blanco y occidental, por ejemplo, frente a un originario azteca en plena conquista de América o un azteca respecto a otras civilizaciones en el período precolombino, ya que sabemos que los aztecas conformaron un imperio en gran medida subyugando a otras civilizaciones mesoamericanas.

Discriminación por discapacidad

La discriminación por discapacidad (aunque hoy se habla de capacidades diferentes) versa en el desprecio y la minusvaloración hacia otra persona producto de deficiencias físicas, mentales, intelectuales y sensoriales. Las personas discapacitadas, en ese contexto, sufren rechazos en diversas instituciones, pueden tener problemas para insertarse en la sociedad y carecen de la productividad de un sujeto medio.

La sociedad lucha (y la lucha no termina nunca) por generar diversos mecanismos de inclusión para que esto no suceda, incorporando en ambientes tan variados como el educativo, el laboral, los entretenimientos, entre otros. Todo supeditado a un correcto desarrollo de una jurisprudencia acorde.

Discriminación por especie

Su terminología puede sonar extraña, pero es más normal de lo que creemos y multitud de veces surge en nosotros. La discriminación por especie se refiere al desprecio de todo aquello que no sea ser humano y esté vivo. Constantemente se lucha contra ese especismo que reduce a los animales a la domesticidad, la productividad (y aquí merece un párrafo aparte lo alimentario) y al simple exterminio (muchas veces no dudamos en matar una araña o pisar una hormiga, sea por fealdad o porque son muchas).

Todos los seres vivos merecen disfrutar del planeta y el ser humano no debe emplazarse en ninguna especie de pedestal.

Discriminación por lateralidad

Quizás no tan normal en la actualidad, pero durante mucho tiempo se discriminó a las personas que eran zurdas. Recordemos que lo zurdo se asociaba con lo maligno, lo demoníaco e incluso sibilino, por lo que no es casualidad que uno de los sinónimos de izquierda sea «siniestra».

Antiguamente existía una práctica de educadores de querer convertir a sus alumnos zurdos en derechos, siendo procesos bastantes dolorosos y hasta traumáticos para quienes lo sufrieron.

Discriminación por embarazo

Este tipo de discriminación se produce desde el momento que las mujeres son ladeadas, rechazadas y consideradas en menor valía cuando están embarazadas o poseen alguna patología propia de este proceso. En la actualidad muchas veces jefes no acceden a contratar a mujeres por su estado de embarazo, una lectura que no solo se refiere al tiempo que estaría libre por maternidad.

Discriminación religiosa

La discriminación religiosa versa en el acto de diferenciar y tratar peyorativamente a todo individuo que profese otro credo. Históricamente muchas religiones se han autoproclamado como «verdaderas», lo que ha hecho que este accionar humano sea más normal.

Hablamos de personas que no acceden a puestos de trabajo, sitios, escalafones políticos y que incluso a veces reciben las más severas penas (la muerte es el punto límite) por simplemente creer otra cosa.

Discriminación por personalidad

La personalidad puede ser foco de discriminación, sobre todo si es poco parecida a lo que pretende la sociedad. Aquí hablamos más que nada de sujetos introvertidos, con prácticas no tan usuales y formas de ser que no son bien vistas. Esto, por supuesto, marca una escasez de tolerancia.

Discriminación por trastornos mentales

A veces considerada como mentalismo, se basa en una opresión discriminativa a aquellas personas que sufren distintos trastornos psicológicos o incluso déficits cognitivos. Estas divergencias a veces se motorizan por estereotipos.

Personas son síndrome de asperger, dificultades en aprendizaje, esquizofrénicos, bipolares; e incluso también individuos con conductas como tics o tartamudez. Aquí solo emplazamos unos breves ejemplos, porque la clasificación se puede extender con otras patologías y realidades psicológicas.

Discriminación epistémica

La discriminación epistémica se basa en una diferenciación en la fiabilidad de lo que conoce y dice un agente respecto a otros ¿Pero por qué es menos fiable? Simplemente por prejuicios, porque es parte de un grupo (en sentido amplio) o una escuela que se considera a priori inferior, menos sería, inteligente, capaz, etc.

Un buen ejemplo de discriminación epistémica se ve todos los días desde el momento que ciegamente confiamos más en la palabra de un adulto que la de un niño. Pensamos que necesariamente y siempre el adulto es un ser formado y racional, rasgos que no poseería un pequeño o pequeña nunca.

Discriminación a mujeres aborígenes

Aquí encontramos un redoblamiento del acto discriminatorio. Si muchas veces las mujeres sufren discriminación por el solo hecho de serlo, a eso se le añade una suerte de discriminación maximizada si la misma es parte de una etnia considerada inferior en múltiples sentidos.

La discriminación a mujeres aborígenes se traduce en invisibilidad, explotación y todo tipo de expoliaciones. Aquí hablamos de un cóctel explosivo de misoginia, xenofobia y racismo (aunque no tenga un fundamento científico).

Discriminación por origen nacional

Aquí no hablamos de etnias (puede ser un hombre caucásico en apariencia) ni mucho menos de razas, sino de discriminación por haber nacido en un país que soporta una multitud de características negativas (muchas veces son estereotipadas). Entonces ciertos rasgos de la nación, negativos, se trasladarían a todas las personas que hubieran nacido en la misma.

Este es un tipo de discriminación, algo muy usual cuando las personas fungen de turistas en el mundo o cuando, por diversos motivos, deben abandonar su país de origen para radicarse en uno nuevo.

Discriminación directa

La discriminación directa se basa en diferenciar peyorativamente a un otro simplemente porque no es parte de mi grupo (o lo que yo estimo como lo correcto en sentido amplio). Son múltiples los ejemplos de esta discriminación que funciona con tanta rapidez, como cuando estimo que mi trabajo escolar es superior al de otro precisamente porque es mío.

Discriminación cognitiva

La discriminación cognitiva es aquella que se hace con respecto a quienes no pertenecen a un cierto grupo X, con base a que algún criterio moralmente relevante no es satisfecho por quienes no pertenecen a X.

Discriminación no cognitiva

Este tipo de discriminación se emparenta mucho con la directa, porque simplemente es un minusvalorar al otro y considerarlo inferior por el solo hecho de ser otro (lo que a veces también se puede maximizar deseándole el mal). No hay reflexión, no hay ideas desarrolladas, sino un impulso, un sentimiento.

Discriminación jerárquica

Es la discriminación de aquellas personas que no pertenecen a X, lo que implica que los intereses de las mismas sean considerados inferiores, en una escala jerárquica. Incluso se los puede tener en cuenta, pero nunca tendrán el mismo valor que los propios, por esencia superiores.

Discriminación reflexiva

La discriminación reflexiva no es, como se supondría, una discriminación que piensa, sino aquella que se realiza en espejo. Damos un ejemplo: una persona es parte de un grupo que discrimina, es discriminado en él y a su vez mantiene esa discriminación en sus actitudes.