Los conceptos estereotipos y prejuicios se confunden muy a menudo. Si bien ambos conceptos se utilizan para definir actitudes negativas que al final son resultado de desigualdades sociales o procesos discriminatorios, sus definiciones son totalmente diferentes. ¿Realmente crees que conoces la diferencia entre estereotipo y prejuicio? Siga leyendo y conozca la respuesta usted mismo.
Estereotipo | Prejuicio | |
Definición | Los estereotipos son creencias que tenemos sobre las características de un grupo. | Los prejuicios se refieren a evaluaciones negativas de esos grupos. |
Connotación | Positiva o negativa | Negativa |
Se relaciona con | La parte cognitiva del cerebro | La parte emocional del cerebro |
Función | Sistematizar y simplificar la realidad, defender los valores de las personas y mantener el control social. | Atribuir las características generales del estereotipo a cada uno de los miembros de ese grupo y hacer inferencias que facilitan la aceptación o el rechazo. |
Ejemplo | Las personas que viven en Jujuy tienen un acento especial. | Las personas que viven en Jujuy hablan diferente por que no están educados como se debe. |
Qué son los estereotipos y los prejuicios
Antes de hablar sobre sus diferencias, debemos comenzar por definir estas dos palabras. Los estereotipos son creencias que tenemos sobre las características de un grupo. La palabra prejuicio se refiere a evaluaciones negativas de esos grupos. El primero está más relacionado con la parte cognitiva del cerebro, mientras que el segundo está más relacionado con la parte emocional.
Los estereotipos surgen de tener un conocimiento general sobre un grupo, mientras que el prejuicio surge cuando atribuimos esas características generales a cada uno de los miembros de ese grupo. Cuando tenemos prejuicios, hacemos inferencias que facilitan la aceptación o el rechazo de ese grupo.
Los estereotipos reducen nuestro gasto de energía mental y no siempre tienen que ser negativos. Esto se debe a que formar grupos y asignar características similares a los grupos nos facilita «conocer» y «comprender» a esas personas. Lo que debemos tener en cuenta es que los estereotipos son generalizaciones y hacen referencia a características generales que de ninguna manera representan una imagen completa de ese grupo o individuo.
Un ejemplo de estereotipo podría ser la creencia de que todos los norteños son divertidos. También podemos creer que la gente del Sur es más liberal o que todos los jujeños hablan con acento. Se trata de grandes grupos a los que les hemos asignado o atribuido determinadas características. El problema es cuando pensamos que los estereotipos siempre son ciertos.
Los prejuicios, por otro lado, nos hablan y son parte de una actitud negativa. Así como dijimos que tener estereotipos es una respuesta normal y social, el prejuicio implica una connotación negativa. Para continuar con nuestro ejemplo anterior de creer que todos los jujeños tienen acento, el prejuicio negativo sería que no están educados en un español adecuado.
Esta idea comienza con un estereotipo. En nuestro cerebro, aplicamos el estereotipo a un grupo y le damos una connotación negativa. Eso crea un prejuicio contra ese grupo. Si damos un paso más en este proceso, tenemos discriminación. La discriminación incorpora tanto el estereotipo como el prejuicio.
Qué papel juegan los estereotipos
Los psicólogos sociales han estudiado los estereotipos, cómo surgen y las diferencias que existen entre el prejuicio y la discriminación. Estas son las funciones cognitivas que cumplen los estereotipos:
- Sistematizar y simplificar la realidad. Hacer grupos amplios que podamos categorizar y clasificar nos permite simplificar mentalmente el mundo. Así, el mundo se vuelve más predecible y más fácil de entender.
- Defender los valores de las personas. Los grupos nos permiten asignar características amplias. Cuando hacemos esto, se vuelve más fácil «entender» y compararnos con ellos.
- Mantener el control social. Es más fácil controlar a un grupo que a muchas personas.
Limitación de los estereotipos y los prejuicios
Si entendemos que los estereotipos surgen como una función cognitiva, facilitando así la agrupación y la comprensión social, podemos beneficiarnos de ellos. Sin embargo, ¿qué pasa cuando los estereotipos nos limitan? Bueno, esto sucede cuando nos impiden descubrir que estas proyecciones sobre las personas no siempre son ciertas. Si nos detenemos a observar grupos e individuos más de cerca, encontraremos muchas diferencias.
No existen los estereotipos que nos limiten. Más bien, lo que tenemos que hacer es limitarlos y manejarlos con cuidado. Si bien ayudan a que nuestro cerebro se organice, no siempre tienen razón. Los estereotipos, como hemos visto, son el punto de partida del prejuicio. Si podemos limitar los estereotipos, podemos, por tanto, limitar cualquier prejuicio.
Cambiar un estereotipo o un prejuicio solo es posible si nos acercamos al grupo y tratamos de observarlo sin aplicar filtros ni intentar confirmar ideas previas. Más bien, deberíamos intentar ponerlos a prueba. Debemos dedicar nuestros esfuerzos a enfocarnos en ideas y situaciones que contrarresten lo que pensamos anteriormente sobre ese grupo.